"No se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho."
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.

sábado, enero 11

La última carta

Sí, fue la noticia que me ha marcado, que cambió mi día, que cambió mi rumbo.

Me siento mal, la verdad no sé cuál es mi ánimo después de haberlo escuchado de las palabras de mi madre. Tengo mucha rabia conmigo mismo, o no sé que sea. No sé en realidad como me siento.

Octubre de 2008.

"El gran amor de mi vida", aquella muchacha que conocí, en décimo grado, aquella muchacha que me buscaba en clases de inglés para que nos hiciéramos juntos, yo la buscaba a ella en las de matemáticas. Aquella muchacha que se quedaba conmigo encerrados en el aula de clases, mientras los demás salían al descanso. Aquella muchacha de la que muchas veces me escondía sin querer. Aquella muchacha que se enamoró de mi, sin razón.

Jugamos amigo secreto con mis compañeros, para mi desgracia mi amiga secreta fue una muchacha a la cuál también sentía algo por mi. Pero yo solo la veía como una compañera. Pero aquella primer muchacha bajita me dijo, "espero mi regalo".

Rayos, me puso nervioso al decírmelo, pero sin pensarlo le dije, "Claro que sí, te daré tu regalo".
Llegó el día de jugar, la persona que me sacó curiosamente fue la misma que yo tenía, yo le di un regalo muy bonito, y sin falta una chocolatina muy grande. Ella me dio... unos cachorros de icopor. No podía creerlo, ella, quién demostraba tanto interés por mi, ese regalo fue como haber recibido una cachetada. Pero por respeto le dije "Muchas Gracias".

La primera muchacha esperó a que yo fuera el último en salir, también esperé que fuera la última. Le di mi regalo, un reloj, y no recuerdo que más fue. Yo estaba muy nervioso, pues también le gustaba a aquella niña, supuse que el regalo que me daría sería muy bonito, pero; no me dio nada. Me causó mucha gracia, pero ya que, así fueron las cosas.

La despedida que organizamos a los que en esos momentos estaban en once grado, fue una cena. Recuerdo aquella cena, no muy bien, pero sí lo más importante. Había llegado un poco tarde con un compañero, llegamos en unas fachas muy mal presentadas. Me ubiqué en la mesa larga, junto a las chicas de mi salón, a mi lado mis compañeros. Frente a mi estaba la chica que me molestaba mucho, pero a mi izquierda estaba aquella muchacha bajita.
Al terminar la cena puse los cubiertos en mala posición y cuando la mesera recogió mi plato hizo caer un cubierto en mi cabeza, todos se reían. Pero en voz alta se escucho un regaño, era aquella muchacha bajita de mi izquierda, diciéndole algo a la que estaba frente a mi. Me defendió de aquella burla.

Al terminar décimo grado, me salí de aquel colegio, continué en otro, para culminar once grado.

Dos años después, Diciembre de 2010, estuve trabajando con mis primas en una empresa de telefonía. Una tarde después de salir de trabajar, pasé por una calle cerca al centro. Vi a aquella muchacha bajita, trabajaba en una tienda.

Desde ese momento, desde ese día, no me la pude sacar de la cabeza. En esos dos años que no la había visto había cambiado de una forma impresionante, estaba demasiado bella, no tengo muchas palabras para explicar que sentí al verla.

Al verla dije en mi mente, "Esa es la mujer que quiero para toda mi vida", sonreí al pensarlo, me volví loco al verla.

En la primera semana de Enero me dediqué a buscarla en Facebook, Recordaba solamente sus apellidos. Así que empecé a buscar... Vi a una persona, me quedé aterrado al ver la fotografía, era su madre, nunca la había conocido, pero sabía que era ella. Ingresé a su perfil y busqué a su hija entre sus amigos. ¡Eureca!, la encontré. Tenía como foto de perfil ella con su cachorro. Sin pensarlo ni una milésima de segundo envié la solicitud. A las pocas horas recibí la notificación... Me había agregado. ¡Oh Dios!, estaba súper contento, no supe como reaccionar en ese momento... De repente, se abrió una ventana de chat. Era ella. No lo podía creer, mi corazón latía a mil por hora, estaba como en una especie de éxtasis.

Pasamos así unos cuantos días, chateábamos hasta tarde, pues yo esperaba a que llegara de trabajar.
Recuerdo su primera llamada por teléfono. Eran cerca de las 12 de la noche, yo estaba con un amigo, esa noche estábamos "cazando" fantasmas cerca a mi casa. Que felicidad hablar con ella.

Semanas después empecé a trabajar en mi casa, mi padre me había puesto al mando de un lugar de comidas rápidas. Adiós amigos, adiós calle, adiós todo. Empecé a trabajar junto a mi madre, ella me ayudaba en todo lo que yo necesitaba. Algo que aún tengo cargo de conciencia, y muy pesada, es que en todo el tiempo que mi madre me ayudó, no le di ni un solo centavo. Sí, lo sé, lo peor que puede pasar. Mierda.

El 18 de Enero después de tanto hablar con ella por chat, decidí hacerle una invitación. Se conectó esa noche, le propuse ir a ver una película en cine, luego ir a comer. Aceptó. No lo podía creer.

A los dos días era la invitación, recuerdo haberle dicho a mi madre que no iba a trabajar, que llamará a otra persona, en esos tiempos teníamos a una chica que nos ayudaba los fines de semana.

Habíamos quedado de vernos frente a un lugar a las 6 en punto de la tarde. Estaba listo, pero... maldita sea, mi puntualidad es lo peor que tengo. Llegué una hora tarde, eran las 7 de la noche. No estaba en aquel lugar, con obvias razones.

Esperé cinco minutos, pensé que quizás se daría una vuelta, para ver si yo estaba ahí. No quería quedarle mal. Recordaba el lugar donde trabaja, así que fuí y pregunté por ella. Estaba una señora, la dueña, pregunté por ella y no me quería dar razón alguna, pensaba que la buscaba para robarla o que sé yo. La desconfianza se veía en sus ojos. Cuando dije, soy un amigo de estudio, dijo está bien, vive unas casas más arriba de aquí, la única casa con rejas en su exterior. Muchas gracias le dije.

Llegué. Golpeé suave, pero esa puerta de madera vieja no sonaba; golpeé más duro, mis nudillos me dolieron, en un instante, abrieron la puerta. Era una muchacha y me pregunté, ¿Ella no es, o sí?, estaba perplejo, eran parecidas; era su prima. Dije buenas noches, ¿está .... en casa?; sí está, ya te la llamo. Ella me dio la espalda y al frente de ella se movieron dos personas. Era ella. Dios, estaba temblando de los nervios. Atrás de ella había una señora, la recordé en un segundo, es la mamá.

Al fin, ella se acercó a la puerta, y dijo, "No imaginé que vinieras, ¿cómo llegaste a mi casa?". le conté lo sucedido, y pregunté si aún estaba dispuesta a salir. Dijo que sí sin pensarlo. Al momento de ella salir de casa, salió tras ella su madre. Recuerdo sus palabras, "Es bueno conocer con quién sale". Le sonreí.

En vía a coger la ruta del bus, le respondía tartamudo, mis nervios me dominaban.
Al llegar a una esquina, donde pasaba el bus, dije, "¿Por aquí pasa el borrador?", me refería al bus, bueno mini-mini-bus. Ella se reía a carcajadas, no lo decía en son de chiste, pero así lo tomó.

Iba lleno, nos tocó en sillas distantes.

Llegamos, ella quería ver la película de "El paseo", pero días antes la habían quitado de cartelera, así que ella escogió "El Jefe". La vimos, hubo algunos fragmentos de la película en los cuales mostraban actos sexuales, oh no, la situación más incómoda que había tenido. Bueno, seguía la película cuando me dieron unas ganas de ir al baño, había tomado demasiada gaseosa. Salí entre al baño, y volví, pero... no lo podía creer. Al volver a  ingresar había acabado la película. No puede ser, ¡no puede ser!, ¡no...!, me había perdido el final. Ella se reía de mi desgracia.

Fuimos a cenar a mi casa, en el primer piso tenía el lugar de comidas rápidas. Cenamos, y la invité mi casa, segundo piso. Hablamos un rato, ya eran cerca de las 11 de la noche, así que era tarde para ella.

Bajamos y esperamos un taxi. Expresó que tenía frío, le di mi chaqueta. Al llegar el taxi la acompañe hasta la puerta y nos despedimos, pero, ella me dio un beso. Un corto circuito sentí en mi corazón. Sentí que me sonrojaba. Ella también me expresó su felicidad con su gran sonrisa.

Al día siguiente, hablamos por chat, me agradecía por la invitación a cine. De repente escribió algo, lo único que recuerdo era la palabra "novios". Quedé en Shock. Le dije sí, pero hablemos primero. Ella acepto, nos vimos al siguiente día en mi casa. Estaba hermosa, reluciente, alucinante, vi una estrella. Vi todo en ella. Con su falda larga, sus lentes. Le daba un toque de una Madame. Mejor dicho, mis ojos se deslumbraron por semejante hermosura y belleza. Ese día quedamos como novios. Explotaba por dentro de felicidad. La muchacha que yo decía "Ella es la mujer de mi vida", al fin empezaba a serlo.

Nos veíamos cuando podíamos, pues ella trabajaba todo el día, pero yo trabajaba en la noche. Que mal.

Bueno, pasó mucho tiempo. Sería un libro donde relate todo, absolutamente todo lo que sucedió con ella. Todo lo que pasa por ella y con ella.
Resumamos tiempos importantes. En pocos días yo le dije "Te amo", en pocos meses nos habíamos dedicado más de diez canciones. En pocos meses eramos uno solo, lo más bello que pudo haber pasado para mí en mi vida fue ella. En mi Universidad no prestaba atención a nada, solo pensaba en ella, así es, solo en ella. Pero, perdí el semestre.

Busqué otro lugar para seguir estudiando. Pasaron fechas especiales, día de la mujer, día de la madre, Su Cumpleaños... Que día, Dios.
Mi cumpleaños... Cumpleaños de familiares de ella, míos también. Amor y amistad. Día de brujas. Llegó Diciembre. Como es costumbre la familia se reúne 24 y 31, pero decidí pasarlos con familia de ella.

Volvió Enero, de nuevo fechas y fechas especiales...

Pero no todo podía ser color de rosa.

Ella se cansó de trabajar en aquel lugar, así que empezó a buscar nuevo empleo. Y lo encontró, recuerdo muy bien ese día, recuerdo muy bien absolutamente todo. Fue en el mes de Julio que empezó a trabajar en aquel lugar, la pusieron en práctica, pero ella demostró que podía y al poco tiempo ya era empleada oficial.

Pero, no sé que me sucedía, no lo sé. Tenía una premonición sobre aquel nuevo trabajo. Pues en un "sueño" vi algo y me marqué con aquel sueño. Desde esa época quise convencerla de que no siguiera trabajando ahí.
Pero todos mis esfuerzos eran en vano. Ella no aceptaba dejarlo. Lo sé, ella estaba ayudando a su familia, estaba sacándolos adelante. Estaba comprando poco a poco su cosas.

Era claro que estaba contenta con lo que estaba logrando. Pero la verdad yo no. Sé que cuando le decía que no continuara, sonaba muy arrogante y envidioso, pero no era por eso... Tenía miedo, mucho miedo. Mis celos, mis malditos celos...

En mi cumpleaños me invitó a almorzar a un restaurante, yo también empezaba a trabajar, tuvimos 15 minutos para tratar de comer pues ella tenía que irse más rápido. Apenas se fue, me dio un feliz cumpleaños. Al darme la espalda, lloré. No quería aceptar muchas cosas que pasaban entre nosotros. El trabajo la había comido. Estaba esclava.

Un día salí de estudiar y la esperé fuera del trabajo, ella vio cuando yo llegué afuera a esperarla. Al momento cerraron y los trabajadores quedaron dentro organizando; supongo. Se demoró casi dos horas en salir, estaba muy triste, pensé que tal vez ella saliera un momento y me hubiese dicho "Me demoro un poco, espérame", pero nada, la llamé cuando aún seguía dentro y no me contestaba. No puede ser, de nuevo mis malditos celos; mi miedo.

Al verla salir, estaba furioso. Me acerqué a ella y le dije: "O elijes tu trabajo, o me elijes a mi", y me fui.

Así pasó desde Agosto hasta Noviembre. El 27 de Noviembre de 2012, estaba en casa de ella, ya iba a salir a mi casa, a unos 20 minutos de la de ella. Pero justo antes de salir... recibió una llamada, pero ella no contestó. No puede estarme pasando, mi gran miedo estaba tocando la puerta. Ella estaba dando cabida a otra persona. No puede ser. No me quiso decir quien era ni nada. Le quité el móvil a la fuerza, pero ella se puso... No sé, yo veía su miedo de que me enterara de algo. Me agarró tan fuerte que sus uñas me hicieron solar el móvil. Estaba con mucha rabia. Le dije algo... y salí.

No volví a su casa a visitarla, solo dejaba mi bicicleta antes de ir a trabajar y al salir recogía mi bicicleta para irme a mi casa.

Sabía que en esos momentos la estaba perdiendo poco a poco. Y yo no estaba haciendo nada. Hablaba con su madre constantemente para pedirle que ella hablara con su hija, y le preguntara que sucedía. Yo también iba poco a su casa a ver como estaba y a darle solución a dicho problema.

Ella se volvió totalmente esquiva conmigo, no demostraba ganas de verme, de hablarme; de besarme.

Maldita sea. Pasaron unos días en los que la buscaba pero mis intentos eran fallidos, ella no estaba en casa. Mi corazón latía tan rápido que sentía que se quemaba poco a poco. En mi mente decía... "La he perdido" y me llenaba de tristeza inmensa.

Diciembre no la vi, excepto algunos días, el 24...
Llegó el 31 y sabíamos que estábamos con ese problema que me cargaba en los hombros. Su familia y ella llegaron después de las 12, ya era Primero de Enero. Recuerdo las palabras de su madre frente a toda mi familia, "Sabemos que mi hija y 'yo', están pasando por una etapa de la relación muy mala", en son de chiste dijo "Espero que casándose mejoren su relación", todos quedaron boquiabiertos al escucharla, otros se reían.

Cerca de las dos de la mañana del primero de Enero salimos rumbo a su casa. Los acompañé para hablar con su padre. Iba con la intención de entregarle de nuevo a su hija. Yo no podía aguantar más esa situación tan mala que teníamos; todo el amor que sentíamos y nos demostrábamos ya no existía.

En mi ciudad los días 5 y 6 de Enero se juegan en el Carnaval de Blancos y Negros. Pero yo no salí de mi casa, por esperarla, pensaba que ella quería acompañarme o que tenía planes conmigo. Pero no, pasó todo el Carnaval y no la vi. Ya era rara la vez que nos veíamos. Pero eran todas las noches llenas de llanto para mi. Todas las noches sin falta yo lloraba por un largo rato.

La última vez que fuimos solo uno, fue a los pocos días de yo haber salido de cirugía. La última vez... Hasta ahí lo llamé "Amor".
Hablábamos por teléfono cada dos semanas, porque ella me llamaba, yo no lo hacía.

Y hasta aquí llegó mi vida. Hasta aquí tuve su compañía. No es fácil aceptar dichos golpes que recibes de la vida.

Aquí estoy. Un año después, 2014... Me he enterado que está esperando un hijo.

Aquella noticia me rompió el corazón en un centenar de pedazos. Pero lo acepto, siento mucha alegría por ella. Tiene lo que tanto quiso conmigo. Un motivo por el cual amarse más y compartir su vida.

Está es la última historia que escribiré sobre ella, eso espero.

Quiero que sepa que le doy las gracias por haber sido mi motor, por varios años, mi musa en tantas ocasiones de felicidad, de letras, de llanto. Que sepas que te deseo lo mejor, de lo mejor en la vida. Espero que seas lo más feliz que se pueda.

Y solo decirte que, llegaste a mi como una bendición a mi vida, y te fuiste lentamente. Como lo quiso Dios, como lo escribió el destino.

Una vez más, decirte que la palabra "Te AMO", no es ni la milésima parte de lo que yo siento, ni sentí por ti.
Me olvidé de mi por estar junto a ti.

Pero aún después de todo... Te AMO.

Popayán 11 de Enero de 2014.

1 comentario:

  1. NO siempre tenemos las respuestas a los por qué de la vida, pero lo único que nos queda por reconocer es lo bueno que fuimos y lo sinceramente que amamos, eso no tiene precio, no tiene olvido... linda historia ñ.ñ

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